domingo, 28 de noviembre de 2010

CARACTERÍSTICAS DEL MUNDO UTÓPICO

Es la descripción de una sociedad ideal situada en una abstracción de tiempo o de espacio. El anhelo de mundos ideales y perfectos es tan antiguo como el ser humano. Sin embargo, la invención y descripción de sociedades que lo sean no recibe el nombre de utopía hasta el siglo XVI.

Por ello, no es paradójico afirmar que existen utopías desde siempre, incluso antes de que se acuñase este nombre para referirse a ellas.

El término utopía se debe a Tomás Moro, quien título así una de las obras más importantes de este género. Literalmente significa “no lugar” y, por tanto, designa una localización inexistente o imposible de encontrar.

Moro bautizó con este término una isla perdida en medio del océano cuyos habitantes habían logrado el Estado perfecto:
Un estado caracterizado por la convivencia pacífica.
El bienestar físico y moral de sus habitantes.
El disfrute común de los bienes.

Sin embargo, Moro dio a esta isla idílica el nombre de Utopía por lo que muchos pensadores han querido ver en esto el deseo de dejar claro que, por muy deseable que fuese un Estado de este tipo, Utopía es un sueño imaginario e irrealizable. Desde entonces suele considerarse utópico lo que, además de perfecto y modélico, es imposible de encontrar o construir. En general, podemos definir una utopía como un Estado imaginario que reúne todas las perfecciones y que hace posible una existencia feliz porque en él reinan la paz y la justicia.

En las utopías hay un importante componente ideal, surgen de los defectos de la sociedad y se basan en las posibilidades de cambio y transformación que ésta tiene en cada momento. Las utopías hunden las raíces en la realidad más auténtica y concreta, aunque sea para criticarlas e intentar transformarla.


FUNCIONES DE LAS UTOPÍAS

Función orientadora:

Las utopías consiste, básicamente, en la descripción de una sociedad imaginaria y perfecta. Y, aunque para muchos pensadores la realización completa de este sistema sea imposible, algunos de los procedimientos que se describen pueden aplicarse a posibles reformas y orientar la tarea organizadora de los políticos. Aunque la utopía en su conjunto pueda verse como un sueño inalcanzable, a veces, es útil para señalar la dirección que deben tomar las reformas políticas en un Estado concreto.

Función valorativa:

 Aunque las utopías son obras de un autor determinado, a menudo se reflejan en ellas los sueños e inquietudes de la sociedad en la que el autor vive. Por esta razón, permiten reconocer los valores fundamentales de una comunidad en un momento concreto y, también, los obstáculos que éstos encuentran a la hora de materializarse. Por ello, para muchos autores, las utopías no sirven tanto para construir mundos ideales como para comprender mejor el mundo en el que vivimos.

Función crítica:

Al comparar el Estado ideal con el real, se advierten las limitaciones de este último y las cotas de justicia y bienestar social que aún le restan por alcanzar. De hecho, la utopía está construida a partir de elementos del presente, ya sea para evitarlos o para potenciarlos. Por eso, supone una sutil pero eficaz crítica contra las injusticias y desigualdades evidentes tras la comparación. Incluso si consideramos que la sociedad utópica es un disparate irrealizable, nos presenta el desafío de explicar por qué no tenemos al menos sus virtudes.

Función esperanzadora:

Para algunos filósofos, el ser humano es esencialmente un ser utópico. Por un lado, la necesidad de imaginar mundos mejores es exclusiva de la especie humana y, por otro, esta necesidad se presenta de forma inevitable. El hecho de ser libres, de poder soñar con lugares mejores que el que nos rodea y de poder actuar en la dirección de estos deseos está íntimamente conectado con nuestra naturaleza utópica. Ésta es, además, la que justifica el hálito de esperanza que siempre permanece en nosotros: por muy injusto y desolador que sea nuestro entorno, siempre hallamos la posibilidad de imaginar y construir uno mejor.

SOCIEDADES UTÓPICAS

La república platónica:

Es la más conocida e influyente obra de Platón, el compendio de las ideas que conforman su filosofía. Escrita en forma de diálogo entre Sócrates y otros personajes, como discípulos o parientes del propio Sócrates, se estructura en diez libros, si bien la transición entre ellos no corresponde necesariamente con cambios en los temas de discusión. En esta obra, el tema que se discute inicialmente es el de la naturaleza de la justicia. La discusión deriva hacia el tema de cuál sería la mejor filosofía y organización del Estado, de tal forma que éste fuera perfecto, ideal. Para ello, Platón hace que Sócrates opine sobre la forma de educar a los hombres mientras instruye a los demás tertulianos. Las ideas clave según el autor son la importancia de la educación de los guerreros para la posterior defensa del Estado, la obligación moral de ejercer la justicia y, finalmente, declara abiertamente que la república según el modelo establecido en esta obra, muy distinto del sentido moderno que se asigna a la palabra república es la mejor opción para organizar un Estado.
  
La utopía religiosa de san Agustín en el cristianismo:
 

En su obra La ciudad de Dios, San Agustín expresa su interpretación de la utopía siguiendo los preceptos de su visión religiosa cristiana. Según este pensador del cristianismo, la acción terrena  es fruto del pecado, pues habría sido fundada por Caín y en ella sus habitantes serían esclavos de las pasiones y sólo perseguirían bienes materiales. Esta ciudad, por tanto, no podría según él dejar de ser imperfecta e injusta. Sin embargo, San Agustín concibe la utopía en una ciudad espiritual. Ésta habría sido según él fundada por Dios y en ella reinaría el amor, la paz y la justicia. Para san Agustín la utopía tan sólo sería alcanzable en este reino espiritual, lo que él y el cristianismo definen como el Reino de Cristo.

Las utopías renacentistas:

Durante el Renacimiento se produjo un florecimiento espectacular del género utópico. La mayoría de los pensadores consideraba que la influencia del humanismo era la causa de este fenómeno. El Renacimiento es una época que, además de caracterizarse por el auge espectacular de las artes y las ciencias, destaca también por los cambios sociales y económicos. Sin embargo, estas transformaciones no fueron igual de positivas para todos, ya que ocasionaron enormes desigualdades entre unos miembros y otros de la sociedad.

Muchos de los pensadores de la época, conscientes de estas injusticias, pero también de la capacidad reformadora del ser humano, reaccionaron frente a la cruda realidad de su tiempo. De ésta creencia y confianza en que la capacidad racional puede contribuir a mejorar la sociedad y a hacerla más perfecta, surgen los modelos utópicos renacentistas. El principal y más importante modelo utópico de esta época es, indiscutiblemente, Utopía de Tomás Moro.
Esta estricta organización es, sin embargo, completamente compatible con la total igualdad económica y social de los utopianos, pues todos disfrutan de los mismos bienes comunes, al margen de su función y su tarea en la comunidad.

El socialismo utópico:
Otro de los momentos fecundos en la ideación de sociedades utópicas fue a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Los profundos cambios sociales y económicos producidos por el industrialismo cada vez más individualista e insolidario abonaron el terreno del descontento y la crítica, así como el deseo de sociedades mejores, más humanas y justas.
De esta época de injusticias y desigualdades proviene el socialismo utópico. Como representantes de este movimiento tenemos a pensadores de la talla de Saint Simon, Charles Fourier y Robert Owen. A pesar de las diferencias que hay entre ellos, tienen en común su interés por mejorar y transformar la precaria situación del proletariado en ese momento. Para ello, propusieron reformas concretas a hacer de la sociedad un lugar más solidario, en el que el trabajo no fuera una carga alienante y en el que todos tuviesen las mismas posibilidades de auto-realizarse.


Utopías modernas:

Muchos autores como Arnhelm Neusüss han indicado que las utopías modernas son esencialmente diferentes a sus predecesoras. Otros en cambio, señalan que en rigor las utopías sólo se dan en la modernidad y llaman cronotopías o protoutopías a las utopías anteriores a la obra de Moro. Desde esta perspectiva, las utopías modernas están orientadas al futuro, son teleológicas, progresistas y sobre todo son un reclamo frente al orden cósmico entendido religiosamente, que no explica adecuadamente el mal y la explotación. Así las utopías expresan una rebelión frente a lo dado en la realidad y propondrían una transformación radical, que en muchos casos pasa por procesos revolucionarios, como expresó en sus escritos Karl Marx.

Utopía económica:


Las utopías socialistas y comunistas se centraron en la distribución equitativa de los bienes, con frecuencia aboliendo completamente la existencia del dinero. Los ciudadanos se desempeñan en las labores que más les agradan y que se orientan al bien común, permitiéndoles contar con mucho tiempo libre para cultivar las artes y las ciencias. Experiencias prácticas que han sido plasmadas en Comunidades utópicas en el siglo XIX y XX.
Las utopías capitalistas o de mercado libre se centran en la libre empresa, en una sociedad donde todos los habitantes tengan acceso a la actividad productiva, y unos cuantos a un gobierno limitado o mínimo. Allí los hombres productivos desarrollan su trabajo, su vida social, y demás actividades pacíficas en libertad, apartados de un Estado intromisorio y expoliador. Se relacionan en especial al ideal del liberalismo libertario.


Utopía ecologista:

La utopía ecologista se ha plasmado en el libro Ecotopía, en el cual California y parte de los estados de la costa Oeste se han secesionado de los Estados Unidos, formando un nuevo estado ecologista.

Utopía política e histórica:

Una utopía global de paz mundial es con frecuencia considerada uno de los finales de la historia posiblemente inevitables.
Utopía religiosa:
La visión que tienen tanto el Islam como el cristianismo respecto al paraíso es el de una utopía, en especial en las manifestaciones populares: la esperanza de una vida libre de pobreza, pecado o de cualquier otro sufrimiento, más allá de la muerte. En un sentido similar, el nirvana del budismo se puede asemejar a una utopía. Las utopías religiosas, concebidas principalmente como un jardín de las delicias, una existencia libre de toda preocupación con calles cubiertas de oro, en una gozosa iluminación con poderes casi divinos.
El Cristianismo, por lo menos en su versión católica, ha tenido siempre bien claro que Dios ha prometido un solo paraíso, y que este paraíso no está situado en la tierra. El corazón de la esperanza cristiana es el anhelo de tierras nuevas y cielos nuevos, pero que se alcanzarán al final de la historia.

THOMAS MORE

Nació en Londres, el 7 de febrero de 1478 y murió en Londres, el  6 de julio de 1535. Fue un pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés, que fue además poeta, traductor, canciller de Enrique VIII, profesor de leyes, juez de negocios civiles y abogado. Su obra más famosa es Utopía, donde busca relatar la organización de una sociedad ideal.

En 1535 fue enjuiciado por orden del rey Enrique VIII, acusado de alta traición por no prestar el juramento antipapista frente al surgimiento de la Iglesia Anglicana ni aceptar el Acta de Supremacía. Fue declarado culpable y recibió condena. Permaneció en prisión hasta ser decapitado el 6 de julio de ese mismo año. En 1935 fue canonizado por la iglesia católica.

OBRAS DE TOMAS MORE

  • Su obra más conocida es utoía que fue creada en 1516 en la que aborda problemas sociales de la humanidad.
  • Historica Richar di Terttr (La historia de Ricardo III)
  • Responsio ad Jutherum (Respuesta a Lutero)
  • A dialogue Concerning Heresies (Un diálogo sobre la herojía
  • Treatise on the passion (Tratado sobre la pasión de Cristo)
  • La república de Platón : una sociedad idealizadora

OBRA: UTOPÍA

Esta obra fue escrita en 1516. Utopía es una isla, un paraíso socialista donde no hay diferencia alguna, existe la eutanacia, abundancia de alimentos y cada cual pidelo que desea. En fin un verdadero paraíso.

Se profesaba una religión semejante a la católica, pero se predicaba tolerancia de celto.

LETRA DE CANCIÓN UTOPÍA DE BELINDA

Con la noche en la cintura, tu recuerdo a flor de piel
Voy perdiendo la cordura con la luna hasta los pies,
Voy tratando de acordarme, pero todo esta al revés
La vida es un instante, que no nunca vuelve otra vez
Y entonces te das cuenta, de lo que puedes perder
La suerte da la vuelta, como un amante infiel
Mañana no será, lo que pudo ser ayer
Ya no hay sueños de verdad, si no se tiene fe
Y quien hay…
Y quien hay…

CORO
Solo un rumor, solo una voz, que me viene a hablar de amor
No hay nadie más, en mi rincón
Solo Dios sabe quien soy
Solo un rumor, solo una voz, que me viene a hablar de amor
No hay nadie más, en mi rincón
Solo Dios sabe quien soy

Tu silencio es un reflejo de los sueños del ali
Y tu nombre es un recuerdo que se olvido de mí
Mi alma esta en la mente quien me la podrá comprar
Para que hoy no me mientas, ya no quiero verte más
Y quien hay…
Y quien hay…

CORO

En mi vida quiero una utopía
Pero hay silencio envuelto en agonía

NOTICIA

  " Ladrón se entrega tras robar Banco Estado" 

El Banco Estado de Copiapó fue asaltado a mano armada sin ningún herido. Ladrón se entregó.


Cerca de las 16 hrs. de ayer jueves 24 de octubre el Banco Estado de Copiapó fue asaltado a mano armada. El banco perdió más de 1.000 millones de pesos. Según  testigos, un hombre anciano era el ladrón que los había atemorizado por casi una hora. De inmediato dieron aviso a Carabineros de Chile para que atraparan al ladrón que obviamente se había dado a la fuga. Al pasar unas pocas horas ocurrió un suceso inesperado. Al parecer el ladrón se arrepintió y se entregó contando todo lo ocurrido, devolviendo el dinero y pidiendo disculpas. El ladrón finalmente quedo el libertad por no ser considerado un peligro para la sociedad.